jueves, 1 de abril de 2010

La pluma insomne

La calle silenciada por las horas oscuras... No hay bestias que entonen ningún canto esta Noche. En este refugio de cuatro paredes la nada se autoconsume y renace. El sonido de la pluma hace ecos en la nada muda, el gran silencio que reina en mi cueva pocas veces me ha visitado. Cuántos poemas duermen a mi lado... cuántos de ellos despertarán cuando yo esté dormida?
Un sonido lejano se hace presente y se extingue, pero no ha existido jamás.. pues solo yo lo he oído y nadie más.
En la taza, mi última gota de café... Junto a la lámpara, el búho metálico me observa inerte, bien sé que al irse la luz despertarán sus vacuos ojos .
En un bostezo lánguido libero el pesar del día, los párpados se precipitan mientras la Noche retrocede... Y entonces comprendo el origen de esta calma. Las almas todas en sus lechos hacen encantadora a la Noche.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La luna de hidromiel.






DaV.