Luego de tanta siembra, la lenta ley natural a oído este llanto visceral...
El jardín a florecido al fin bajo mis pies!
La fresca hierba y las flores amortiguarán ahora mis caídas.
Las penas son fugaces destellos que se disipan en la brisa...
y las sonrisas cada noche menos efímeras.
Veo al fin a mi jardín floreciendo... todas mis añoradas pasiones en flor,
todos mis tormentos se esconden débiles bajo la tierra.
Y el dolor de aquel secreto...
y el secreto de aquel dolor...
Pesan hoy mucho menos y casi huelen a flamante flor.
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