martes, 25 de agosto de 2009

Nox II



Cuán encantadora eres, Noche inmensa, cuando observas mis adentros y me obsequias tus bellezas. Qué guardas, Noche oscura, en el seno de tu sombra? Qué misterio compartes con las negras mariposas?
Tu luz sabe bañarme del resplandor que no atormenta, y me dejo elevar por la frescura que prodiga tu silencio... Cuando pretendo, inútilmente, alcanzar con mis manos tu alto imperio, se me escapan tus encantos como gélidos recuerdos... Y aquí siempre nos reencontramos, a regalar dulces lamentos, y todo se reduce a mi alma... cubierta por tu manto negro.
Y no reclamo al Dios impío por esos soles agoviantes, esas horas luminosas solo me adormecen el espíritu. Más siempre llegas tu, poderosa y dominante, y mi espíritu despierta solo al contemplar tu cielo. Antigua y sabia Noche, tu me envias a las bestias que lamen mis heridas sin asco y sin recelo.
A ti mi llanto y mis promesas, a ti que lo consuelas todo. A tu imperio azul oscuro, mi sangre y mi tesoro. Porque sólo bajo tu sombra es infinito el sentimiento, porque en ti soy, en ti he sido, y en ti siempre seguiré siendo.

1 comentario:

Boda En El Laberinto dijo...

Siemrpe es la noche la que arropa nuestras ansias por amar belleza, por contar y conocer historias, por buscar la inmortalidad en los tejados de la ciudad...

Tu texto deja un hermoso sentimiento de pertenencia a un origen hermoso.

Gracias por tus palabras.

E.