domingo, 19 de julio de 2009

La lágrima furtiva..



Cuando la poesía deja caer su lágrima, parece desmoronarce todo. Y el instante es sagrado, desesperante y aniquilador.
Quien comprende este deseo que guarda la lágrima en si misma? Y que no es mas que solo una parte, un estracto solo que se ha escapado, de un inmenso mar de deseos incumplidos.
La poesía se alza al cielo, cuando deja caer su lágrima furtiva. Es el precio, quizás, de que la poesía viva. Pero cuánto duelen al poeta estas lágrimas de oro, que se esparcen como el fuego sobre el indefenso rostro. Y el poeta se esconde, se sumerge en si mismo, se ahoga en sueños para no recordar. Y llora en las sombras, y en el silencio, y entre las sábanas, y mientras mira el cielo; Llora mientras escribe, mientras dibuja, mientras escucha esa bella música, mientras observa, mientras duerme, mientras camina, mientras espera que el sueño venga y se lo lleve lejos. Llora, si. Llora el llanto invisible que lloran los poetas. Y es raro que la presión en su pecho deje salir una lágrima, a pesar de estar llorando siempre. Pero cuando esto ocurre... cuando toda la poesía y la tragedia se dejan caer en una lágrima furtiva, todo se desmorona caótica y celestialmente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amén a Nuestra SEÑORA de las Tristezas, la que nos acompaña con la sombra del alma de nuestra sombra. Siempre.

Dav.