domingo, 19 de julio de 2009

El fracaso...


Lo intento, realmente lo intento... Pero es que se vuelven tan secos los momentos. Pertenezco a un mundo que no comprendo. Espero... siempre espero. Jamás llega. Me miro, las miro. No entiendo. Sus manos siguen estando vacías, mis manos siguen estando frías. Sonrío y miento, inútilmente. Regalo Noches que no siento. Pero ellas no se dan cuenta, no podrían saberlo. Y que culpa tienen ellas de no ser lo que quiero? Y que culpa tengo yo de no querer lo que son? Entonces me siento, ya en soledad, a escuchar el agudo violín... Afuera el sol se alza, adentro la orquesta llora por mi. Y este ha sido el final de la Noche.

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