jueves, 11 de junio de 2009


Las columnas del falso imperio fueron derribadas por el poder del Silencio, y la palabra sagrada de la Nada mostro la verdad sobre la fantasía.
Grandes máscaras cayeron y muchos ojos fueron arrancados. Y aquel imperio impío ardió hasta que ningún vestigio quedara para recordar. Cuántos crímeres cometidos, cuantas injurias al alma humana, cuantos insultos a la Virtud. Ahora la pesadilla nos persigue y castiga a latigazos nuestros pecados contra la Noche. Aquella que todo lo ve, nos ilumina y nos condena. Y es alto el precio cuando no seguimos el Primer Instinto, pero que delicia es la recompensa cuando obedecemos a esa Sed implacable. Y es que hay un lenguaje mudo que se oculta entre las criaturas, y es que hay otra piel debajo de este humano disfráz... Y es que cada Noche, bendito designio, esta estirpe crece más.

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