domingo, 24 de mayo de 2009

Reflexión


Creo que es mi culpa. Si, creo que lo es y lo fue siempre. Siempre que caminé preferí hacerlo sola. Siempre que callé preferí hacerlo sola. Siempre que lloré, preferí hacerlo sola.
No me atreví, lo sé. No tube el valor, ni la paciencia, ni el impulso, ni conviccion para hacerlo. Para dejar entrar a alguien a mi mundo.
Es cierto que algunos cuantos golpearon la puerta. Muchos, creo. Y tambien es cierto que a otros yo los invite a mirarme por la ventana. Pero es mas cierto aún que no dejé entrar a nadie. Nadie.
Y le reprocho al mundo! Y le reprocho a Ellos! Como si fuera obra del cruel destino esta inmensa Soledad, cuando en el fondo bien sabemos que me agradaba y la prefería.
Quizás pedia demasiado, quizas soñaba mas que lo que miraba la realidad. Nadie era Nada. Nadie comprendia Nada. Y me sorprende a mi misma encontrarme sonriendo frente a otra cara que no es la mia.
Estoy en paz. Estoy en Paz ahora. Porque ya perdí lo peor que podia perder... el Tiempo. Y ahora lo que queda de él, sera un llamado al riesgo. Y sin dudas, me arriesgaré.

1 comentario:

Florencia Madeo Facente dijo...

Esa soledad de la que habla con tanto amor y odio, esa soledad que se evoca en sus palabras...Ésa soledad, es justamente la que siempre me azotado. Y siempre he bajado las persianas y cerrado mis puertas, viviendo a oscuras, sólo maravillándome con las figuras que surgían en las sombras...y acaso enamorándome de ese mundo tan pequeño y vasto, tan superior al tiempo y frágil, perecedero...
Espero que se encuentre bien, a pesar de todo.
Saludos!