viernes, 3 de abril de 2009

Beber y Ser Bebida


He sabido de la Sed, la he sentido, la he oído, la he saboreado... amargamente por cierto, durante muchas Noches. Mis manos se arrugaron acorde aumentaba el deseo. Y era eso.. un Ansia, inexplicable, pero tangible... Silenciosa, pero letal, lo que carcomia mis horas desde adentro. Y fue en el cielo donde busque saciarme.. pero muy a mi pesar, alli no estaba "Eso". No estaba ese fruto que mis labios necesitaban, ni ese terciopelo que añoraban mis manos, ni esa oscura luz que mis ojos esperaban. Y las pistas que el silencio me dio... solo se plasmaron en poesias, no supe buscar con ellas, no lo suficiente al menos. Entonces la Luna, fiel y piadosa, cedió a mis pedidos, y una Noche me abrio los ojos y pude ver en la negra oscuridad.. Y lo vi. Allí estaba... radiante, animal, indolente, lejano... Aquel objeto de mi Sed era real. Pero lo mas curioso fue, de hecho, darme cuenta de que la Gran Sed no terminaba al hallar lo que a uno lo sacia.. ya que eso es, realmente, solo el comienzo. Una vez hallado el objeto de la Sed, hay que beber de él para intentar saciarse. Claro, pero eso resulta muy difisil cuando, encima, ese mismo objeto tambien esta sediento de uno. Y aqui estamos. Bebiendo el uno del otro...

No hay comentarios: