miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cuando fui infiel a la Noche.

Esta mañana desperté esperanzada, el alba trajo regalos pese al sol. Tus ojos salieron por el horizonte lejano, y asi mi día comenzó.
No hay quien pueda arrebatarme esta calma, que el alba trajo para mi hoy. No existe quien opaque este resplandor inmerecido, no hay nadie que pueda quitarme tu calor.
Que lejanos parecen hoy aquellos habituales días, donde me acunaba el silencio y me dormía el sopor. Hoy siento ajeno aquél hastío de las interminables horas diurnas, y ajenas tambien las cosas que causaban dolor.
Esta mañana desperté en otro sueño, iluminada por el recuerdo de tu voz, que bella ilusión! Quise abstenerme de creer en tan peligroso sentimiento. Pero batalló mi agudo instinto, y ganó contra mi razón.
Esta mañana no reniego de las luces. Que la Noche perdone esta pérfida ensoñación. No importa cuánto dure este sueño.. Pero hoy mi conrazón arde bajo el sol.

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