jueves, 13 de agosto de 2009

El fracaso de la prisión.


Desde mi celda observo maravillas.. los barrotes ya casi son efímeros, ya casi no existen. Una mano salvadora vino a revivirme, a recordarme como era estar en el exterior, a decirme que algun día volveré a estar allí, y que las maravillas lejanas estarán al fin bajo mis pies, entre mis manos, y sobre mí.
No importa cuanto me aprisionen.. Mis manos aún pueden pasarse entre las rejas y palpar el exterior. Mis ojos aún pueden alzarse al cielo y sentirse libres, y aún puedo respirar el rocío y sentirme plena.
Aún puedo, hagan lo que hagan..

1 comentario:

Escencia Witch dijo...

Aùn puedo..
si..
pero presiento que el peso de la herida.. de la oscuridad que alguna vez fue lo ùnicom se vuelve un peso tan grande..
que respirar afuera..aun afuera.. se hace màs dificil.

bueh.. dejo de limarla .. no se porque pero tu escrito me trajo esa idea a la mente!


besos!


+Escencia+