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Necesitan una mano salvadora, que llegue a prender la llama que extinguieron ellos mismos. No reconocen sus propias caras... Revuelven los recuerdos como buscando un tesoro en un viejo cofre, pero el tesoro no es mas que una ilusion. Traer el pasado no mejorara el futuro... Y no hay autores para un nuevo guión.
Entonces solo alzan sus ojos al cielo, como queriendo descubrir alguna antigua verdad.. Y es ahi donde caen sus espiritus... Hasta lo mas profundo de la nada.
Y no hay nada...
Es un templo de dioses ciegos y estatuas calladas. Es una respuesta siempre pendiente, siempre lejana e inescrutable... Eso que quieren, no es nada.
La llama siempre estubo en sus manos.
Siempre estubo en sus pequeñas y débiles manos.
Si tan solo pudieran danzar con ellas... La llama se encendería. La llama solo... arderia en si misma.
Afuera no hay nada. Pero ellos no entienden.