Desesperado Noctambulismo

Para que decirles, compañeros mios, que este sentimiento es tan agudo como el omnipresente invierno de Vivaldi. Para que decir que la ira que corroe mis palabras y manipula mis acciones es casi, casi tan inmensa como la del supremo Ludwing, y para qué entonces contarles... que, sin embargo, toda la negra, profunda y tediosa oscuridad posee un tremendo encanto, talvez solo entendido por el pequeño Amadeus. Y entonces es extenderme demasiado, quizas, en describirles los cantos líricos del silencio en la gran Opera de la Noche, donde la imaginacion de los grandes maestros parece darle letra a los sonidos, nombre a los sentimientos, poder a los sentidos. Donde todo parece elevarse y convertirse en belleza. Belleza... dentro del dolor, de la sola soledad de las almas poetas, de los excluidos ojos que lo ven todo aun estando cerrados, de las inquietas manos que escrutan y palpan aun estando tiesas como una lápida. Y que tal si les digo que solo los muertos, viejos bebedores de los encantos de la vida, comprenden mis mensajes? Y que tal si confieso, entregando el máximo secreto, que solo el llanto de la lluvia le da paz a mi espiritu? Y para que... para que me ahogo, y los ahogo, entre enredos y palabras? ...entre secretos y murmullos que, ciertamente, quizas nunca seran comprendidos. Porque asi ha sido dictaminado nuestro camino. Porque los complejos poetas no dejaran de ser absorvidos por su misma complejidad, porque aún con el cielo y la tierra destruidos, no son almas que se rindan al olvido, y hasta en él encontraran el amor por la nostalgia.