Dame fuerzas, Gran Madre, para soportar los tiempos venideros. Dame la sabiduría que siempre esparces desde tu lecho. Guíame en este camino de senderos escabrosos, de susurros incompletos, de traiciones, de secretos.
Rocía tu luz antigüa sobre el nuevo mundo que nos espera, dame aliento, Madre altiva, para sobrevivir las nuevas eras.
No apartes de mi rostro la dulzura de tu tiempo, la paz de tus encantos, el sabor de tus engendros. Alimenta mis sentidos, házme digna de tu templo, que adorarte no es sino la pasión en manifiesto.
Nutre siempre mis palabras de tus hábitos siniestros, sé la fuente de mi prosa, el jesús de mis lamentos. Ni una noche le faltes, a este espíritu sediento, que serte fiel ha disipidado todos mis tormentos.
Jamás dudes, eterna nodriza, de tu estirpe de Bestias, ellas estan siempre a tu merced.. bajo tu luz, esperan.
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