viernes, 6 de marzo de 2009

A mi Mariposa...


Mariposa luminosa... Tu suavidad no se compara ni a las plantas de algodón, ni al mas fino satén. Vuelas, mariposa, con tus alas liberadas y en cada brisa dejas caer al olvido aquellas cadenas que te aprisionaban. Es tu mundo un alboroto de colores y de aromas, de sonrisas y tristezas que con caricias al fin cesan. Y tu lecho, hogar de querubines, transmite tu misteriosa magia, y es magia el contemplarte, sí que lo es. Porque santo es, para mi, el lugar donde descansan tus alas... donde cierras los ojos, donde duermes el alma. No sueltes mi mano, inocente mariposa, que sin tus alas yo no soy capaz de volar. Juega siempre con mi pelo, sonríele a mis ojos, que entre tus picardías y tu ternura me dejas vivir un poco mas. Brilla siempre mariposa, tu nodriza te lo ordena, tus encantos son diadema muy difisil de encontrar. Y al llegar la eterna Noche, observa siempre las estrellas, porque en ellas nuestras manos juntas siempre jugaran. Nunca temas, que desde la Luna.. mis ojos siempre te cuidarán.

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1 comentario:

Violeta dijo...

Sumamente hermoso.