martes, 14 de julio de 2009

Las sombras hermanas...



Éstas eran dos sombras que habitaban una a cada lado del espejo. Solitarias y esquivas entre si, nunca compartieron simpáticas miradas, ni cálidas palabras. Siempre espiaron de reojo lo que la otra hacía, decía, o pensaba. Siempre con soberbia y distancia. Siempre ingenuas y engañadas. Una pensaba para sí: "Yo existí primero, esa sombra en el espejo no es mas que el vano reflejo de lo que soy solo Yo en realidad". La otra, de su lado contestaba: "Que lástima me causa esa pobre sombra, que se cree genuina y se asombra después de imitarme con mediocridad". Así las dos sombras solo cruzaban miradas curiosas para jactarse de la propia sabiduría, de la propia estúpida genialidad. Se detestaban mutuamente, coordinando a la perfección sus movimientos iguales y su ignorancia por igual. Y fue así, inútilmente, que se rechazaron desde lejos, hasta que el sabio espejo las obligó a mirar. Una lloró en silencio donde nadie la escuchaba, inmersa en si misma solo creía en la soledad, y fue entonces que vio el reflejo de la otra sombra que también lloraba, donde nadie la escuchaba, creyendo solo en la soledad. Y tal fue la fuerza de su mirada, o quizás fue su magia siempre coordinada, la que obligó inevitablemente a la otra sombra a mirar. Atónitas las dos, se observaban. Una a cada lado del cristal. Y ya no era éste un espejo, sino una nueva y fantástica ventana. Donde, en lugar de imitadas, se vieron acompañadas y sonrieron al unísono, y lloraron simultáneas. Se dijeron entonces, a los ojos y con calma, las primeras palabras que evocaban a la paz: "Donde estabas tu, sombra hermana, mientras yo te buscaba, para darte mis alegrías y regalarte mis miradas?". "Y Tú donde estabas que no te encontraba? He habitado siempre incomprendida, mi existencia desolada." Y así, entre sorpresas y melancólicas palabras, las dos sombras comprendieron lo que el destino les deparaba. "Siempre estuvimos una junto a la otra, igual de tercas e igual de ciegas, que no vimos la suerte y la belleza de nuestra igualdad. Solo tu me comprendes como nadie desde el otro lado de este espejo, y solo yo te comprendo, sombra hermana, y así será hasta el final."

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