domingo, 21 de junio de 2009

La razón del mensaje

Algunos usamos las palabras para ser comprendidos, para decir lo que queremos. Pero levita siempre, sobre el mensaje escrito, esa molesta sensación de que siempre se pierde. De que todo se pierde.
Yo comparto esa imperiosa necesidad de emitir el mensaje... pero no creo que el mensaje se pierda, o no quiero creerlo.
Escribo pensando en que mi mundo de letras no será comprendido por nadie, y es tedioso pensar aquello, pero me es inevitable hacerlo. Y es aún más inevitable dirigirme a las hojas y dibujar mis pensamientos, y guardarlos en cuadernos para que alguien lo lea alguna vez, y con suerte, me comprenda.

Quizás nunca podremos saber con certeza si el mensaje se ha perdido absolutamente como parece, o si alguien, en algún lugar, le ha echado un vistazo furtivo y ha comprendido en silencio. Quizás en el fondo aún persiste la esperanza de que una sombra pose sus ojos en nuestras palabras y capte el mensaje.. y esa mínima chispa de esperanza, casi inconsciente, es la verdadera razón que nos impulsa a seguir escribiendolos.

Quizás...

1 comentario:

eduardo juanito dijo...

tienes toda la razón...

saludos