El tiempo ha pasado... Y al final parece que no hay salida posible de este lugar. Estamos estancados en este refugio, que termimó por convertirse en una celda. Sus altos muros nos protegen del afuera, del retroceso, de la involución, del caos primario que esta resurgiendo. Nos protegen, si.. pero no sin causarnos daños colaterales, fuertes pero sigilosos, profundos pero invisibles, que sólo se dejan ver cuando ya se ha derramado mucha Sangre.
En esta estación de trenes esperanzados, no ha pasado ningun tren que pueda salvarnos. Esperamos quietos, endurecidos nuestros músculos, ávidos nuestros ojos que se pierden al final de la vía. Pero no hay nada allí.. nos llenamos de telarañas, nos arrugamos, nos contenemos, pero allí... jamás hay nada.
El salvador se ha olvidado de nosotros, la esperanza ha muerto casi por completo, los sueños ahora.. solo duermen. Y afuera, afuera hay manos que se agitan con desesperacion! Rasguñan los muros, los infectan, los hacen chillar, los golpean, y jamás descansan. Luchan por entrar a nuestro refugio, por corromper la última partícula de pureza que nos queda, y jamás descansan!
Estamos agotados... sabemos que nos esperan. Sabemos que tarde o temprano los muros tendran que caer. Y no habrá refugio, no habrá escondite ni escapatoria, solo sera una maldita y gigantesca jaula, donde por momentos seremos nosotros, y el tiempo restante seremos como ellos.
Quizas me rinda a abandonar el asilo... Afuera, el mundo no es lo que solía ser. Ni es lo que alguna vez soñe que seria... Afuera no hay nada. Pero en este lugar... tampoco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario